martes, 24 de junio de 2008

Nº 5 continuación

...me apunto con su pistola. Las cosas no estaban bien, el doctor no despertaba y el policía me hacia responsable de su muerte y...
-Qué hago aquí. ¡Imbécil por que lo hiciste! ¡No debiste despertarme! ¡No debiste!


Le pedí al policía que me dejara de apuntarme e intentaba comprender el por que de la reacción del doctor, parecía un demente en busca de algo y no dejaba de maldecirme mientras lo hacia. Tanto el policía como yo nos sorprendimos ese no era el hombre que ambos conocíamos, el doctor encontró un frasco -¡Cianuro!-grite. El policía se abalanzó sobre el para detenerlo y se enfrascaron en un lucha intensa; el doctor tenia en sus manos las píldoras que utilizábamos para terminar con nuestro experimentos fallidos. El policía golpeo un par de veces al doctor, le quito el frasco de píldoras y las arrojo por la ventana de la habitación, el doctor parecía haber perdido la cordura.
-¡Malditos! yo estaba con ellos en un hermoso lugar, conocí el paraíso y ellos estaban conmigo, tengo que regresar por favor déjeme ir con ellos.
-¿Doctor esta usted bien?.
-¡No! ¡Maldición! ¡No!
Yo estaba inmóvil, el policía era un hombre enorme y fornido y el doctor parecía tener fuerza sobre humana, que pasaba por la cabeza del doctor por que ese deseo de morir.
El doctor se abalanzo con rabia sobre el policía intentando arrebatarle la pistola y en un nuevo forcejeo pude escuchar un ruido que me dejo helado. El policía no podía entender lo sucedido, esta vez el doctor tuvo mas fuerza y consiguió dispararse yo tampoco pude hacer nada para evitarlo y solo confirme la muerte de mi maestro, estaba totalmente anonadado por lo que había sucedido.
Después de que llegaron las autoridades competentes y tomaron declaraciones y se dispusieron a dejar el lugar, el policía y yo nos miramos fijamente hasta que el se acerco a mi.
-Sabes después de mucho pensar creo que se por que el doctor quería suicidarse a toda costa.
-Pues dilo hombre que yo no entiendo nada.
-Yo acudí a este lugar en busca del doctor Vann ya que unos instantes antes su esposa iba camino al hospital a dar a luz, pero antes de llegar l hospital sufrió un terrible accidente donde perdió la vida al instante y pues... creo... que... !Diablos! me cuesta trabajo decirlo creo que ya entendió mi punto.
Lo que me dijo el policía me dejo mas perplejo aun, sin duda el doctor hablaba de ellos, el doctor hablaba de su familia. Después de esa noche pude rescatar los archivos mas importantes de nuestra investigación y los destruí, lo que ocurrió con el doctor me dejo marcado, pensando que tal vez si hay otra vida después de la muerte. No importa si la resucitacion fue un éxito o no, creo que todos los que tenemos la oportunidad de vivir debemos aprovecharla y dar lo mejor de nosotros cada día ya que al morir alguien nos esta esperando.

miércoles, 11 de junio de 2008

Nº 5

Existe vida después de la muerte nos preguntamos una y otra vez el Dr. Vann y yo. Probamos muchas cosas para intentar de resucitar a una persona después de unas horas de fallecer.

En ese diciembre de 1960 los avances logrados eran sorprendentes, pudimos resucitar animales a los que de alguna forma asesinábamos de manera controlada, pero cuando intentamos probar la resucitación en muertes naturales los efectos eran siempre negativos incluso en los casos en los que existía la resucitación el comportamiento del animal siempre era un tanto agresivo y después de unas horas moría. Tratamos de aplicar nuestro nuevo conocimiento pero todas las puertas se cerraron ante nosotros, pero sabíamos que teníamos algo y debíamos probar con humanos, al no querer infringir la ley tomamos la decisión de probar en nosotros mismos.

Después de una larga noche quedamos de ir a nuestros respectivos hogares, el Dr. Vann resulto nuestro conejillo de indias en un juego estúpido y quería despedirse de su esposa quien se encontraba embarazada, tenía en mis manos la vida de mi maestro y de su familia si todo salía mal que seria de mi.

Esa mañana tenia mucho miedo e incluso trate de cambiar mi lugar con el doctor pero el dijo que el acuerdo fue entre caballeros y el respetaría su lugar sin importar lo que ocurriese. Firmamos unos papeles que me exoneraban en caso de que el doctor no regresara a la vida. Yo no dejaba de temer que eso pasara, el estaría prácticamente muerto al rededor de dos horas y después trataría de probar si nuestro trabajo había rendido frutos.

Dos horas parecen poco pero esa ocasión era un verdadero y eterno suplicio, el doc. No tenía signos vitales lo que tenia enfrente era una persona completamente muerta. Era algo desagradable pensar y pensar en fatalidades. Faltaban unos cuantos minutos para la resucitación y una persona llamo a la puerta, era un policía que buscaba al Dr. Vann con urgencia y noto mi nerviosismo, me golpeo para poder pasar y al ver al doctor muerto, trato de interrogarme pero yo en un intento desesperado por resucitar al doctor lo golpee fuertemente en la cabeza para que me permitiera trabajar, trataba y no conseguía nada, verifique la dosis y aplique una diferente, al doble de los cálculos como ultimo recurso consiguiendo recuperar los signos vitales del doctor, funcionaba era un logro, el fruto de años de trabajo. Trate de que el doctor recuperara el conocimiento parecía estar en coma, el policía se recupero del golpe y...

domingo, 8 de junio de 2008

23:00

Suspire mientras me temblaban las manos, tenia la mente en blanco simplemente no recordaba nada. No sabía si yo tenía esas claves o simplemente guarde ese maletín con el tubo- ¡Diablos!- pensé una y otra vez. Me golpeaba la barbilla mientras cerraba los ojos para intentar recordar pero el maldito tic-tac del reloj de pared de la habitación me hacia recordar que estaba retrasado. Me levante de la silla y me senté de nuevo, me tire de los cabellos y arranque unos cuantos, seis para ser exactos (que barbaridad yo sin tiempo y contando cabellos).

No pude más y salí en busca de respuestas esperando que ese hombre tuviese paciencia, claro como hoy todos en día son pacientes y esperan a la gente, tal vez una hora es algo pero dos imposible definitivamente yo no lo haría.

Entrar a ese café fue solo para darme cuenta de que no vería a ese hombre al menos en un rato, me senté en una mesa y una linda señora coloco frente a mi un té de limón y parquecillos, quede impresionado. Cómo pudo saberlo si a ese café nunca había entrado antes (la fachada nunca me dio buena espina); yo se que acordamos vernos en el mismo café pero después de dejar a mi novia esa mañana pase a mi casa a cambiarme y encontré bajo mi puerta una hoja con la dirección de este café. La razón del cambio de planes la supe al ver a un par hombres bien vestidos en la mesa de frente que no paraban de mirarme cosa que no era de mi agrado y decidí largarme, pedí la cuenta y la señora solo me sonrió (alguien había pagado la cuenta) y después me entrego un sobre y casi susurrando me dijo que era muy importante que lo revisara solo y en mi casa antes de las 23:00 horas.