lunes, 3 de septiembre de 2007

El hombre de las tiras de papel


En una casa de la montaña, vive un viejo huraño. Nadie sabe que es lo que hace tanto tiempo encerrado en esa vieja y deteriorada cabañita, dos ovejas, una vaca y tres gallinas son su pertenencia. Para muchos es un viejo gruñón y para otros es un ogro de los mas desagradables, sin duda ese hombre no quiere hacer amigos y quizá no tenga ni uno solo.

Fue un día en el que mi perro Sancho se escapo correteando un gato que fui a parar cerca de la casa de aquel hombre, no pude evitar la tentación de acercarme y ver con mis propios ojos lo que hacia ese hombre para poder contárselo a la gente, de puntitas y aunque sueñe gracioso de esa forma me acerque, comencé a escuchar carcajadas y mi interés por saber lo que ocurría fue mas grande. La ventana estaba un poco alta, apile leña para poder alcanzar la dichosa ventana ya que la curiosidad aumentaba pues ese viejo no paraba de reír, me colgué del filo de la ventana y estire el cuello todo lo que pude solo para mirar un montón de tiras de papel por toda la casa, eran de colores: amarillos, rojos, verdes, azules, violetas, colores oscuros y unos pastel. El pintaba hojas y hojas, las bañaba de colores y después las rompía en tiras de igual tamaño, así estuvo un rato, después solo recogió las pudo con las manos levantándolas del suelo y se fue a la habitación contigua.

Me solté de la ventana y me acerque a la otra ventana, recogí la leña para poder ver lo que el hombre haría con las tiras. Lo primero que pude observar fue una mesa, un pocillo de cola y brochas, pero al estirar el cuello tanto cuanto pude mis ojos se llenaron de color. Ese hombre hacia todo tipo de cosas con las tiras de papel, tenia de todo incluso marionetas, pero lo mas impresionante fue tratar de descubrir lo que estaba haciendo en ese instante, por mas que trate no pude descifrar lo que ese hombre trabajaba, solo podía escuchar su desafinada voz tratando de cantar y aguantarme las ganas de reír al ver ese baile tan ridículo.

Yo salí a buscar al perro y este me encontró a mi, con sus ladridos alerto al viejo y me solté de la ventana para agarrar a Sancho y al volver mi cabeza hacia la ventana, pude ver los ojos de ese hombre y antes de que me corriera de su propiedad le sonreí, para sorpresa mía el contesto de la misma forma.

No me importa si no me creen, pero juro que es cierto. Ese hombre es un artista y hace maravillas con papel, tal vez algún día me atreva a tocar la puerta de su casa y pedirle que sea mi maestro en el arte de las tiras de papel.

2 comentarios:

  1. Un viejo huraño, que a la vez es un artista con papel, suena viajado, muy buena la historia, pero como es que sobrevive si no quiere ser conocido?? Yo opino que si es bien cabron, deberia darse a conocer, o tu que crees?

    Atte.:Reptil

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  2. guauuu me dejas sin palabras sinceramente tienes mucha imaginacion no entiendo como puede caber tanta imaginacion en una cabeza tapada siempre con una gorra eres genial nunca lo imagine de ti puedes crear lo mas sencillo e infantil a lo mas complejo y maduro eres unico
    atte DIANA

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