Sin titulo

Y había una vez un hombre cuyo nombre desconozco lo único que se de él es que hizo algo que parecía imposible y todo comenzó cuando me metí a una conversación de ese hombre con otro hombre. Uno de ellos alegaba que podía encerrar el amor en un frasco y el otro decía que era un tontería eso de encapsular el amor yo me entrometí dándole la razón al otro hombre eso no solo era imposible si no que también de que serviría el amor en un frasco si es que lo lograba.

Paso el tiempo y no supe más de aquel hombre que decía incoherencias hasta que una mañana alguien llamo a la puerta de mi casa y no era el hombre del que hablamos sino más bien un mensajero que traía una caja bajo el brazo. Le regale una firma y me dispuse a abrir la caja, para mi sorpresa era un maletín lleno de frascos multicolor cada uno tenía su descripción. Había uno que era amarillo-verdoso que decía que perteneció al amor fugaz de unos adolescentes, en ese momento pensé que se trataba de una broma y lo abrí así sin más; lo que sucedió fue indescriptible, el aroma que salió del frasco me transporto a mi juventud y recordé vívidamente el amor inocente que tenemos cuando jóvenes y después regrese a mi realidad de un golpe como si nada fuera cierto como despertar de un sueño. Tome otro frasco ese era supuestamente el amor de dos ancianos que nunca pudieron estar juntos su color purpura, me llenaba las pupilas de un inmenso deseo de destapar el frasco y lo hice ante una debilidad humana, la curiosidad, no pude percibir ningún olor lo mire detenidamente y pude ver como fue la triste historia de esos dos ancianos desde que fueron jóvenes hasta que ella murió sin saber que su amado fue víctima de una injusticia que ocasiono la distancia por sacrificio de él y a pesar de todo nunca dejaron de amarse, cuando regrese a la realidad estaba lleno de lágrimas fue una experiencia bastante fuerte.

No he abierto otro frasco pues me fije como meta no abrir otro si no hasta que encontrase a ese hombre, tal vez pueda encapsular el amor que una vez sentí por una dama con la que no pude casarme porque sus padres prohibieron el amor que alguna vez tuvimos.

Cuando al fin encontré al hombre le comente mi problema y dijo que lo que tenía en mis manos era el amor puro encapsulado de distintas formas porque así es el amor cambiante e impredecible pero no deja de ser lo que en esencia es, Amor. Después me dijo que los efectos del amor dependían de cada persona y nunca eran los mismos...

Entonces supe que el desdichado anciano solitario seré yo.