Parentesis

Cuenta la leyenda que un guerrero caído y lleno odio le propino una paliza a un herrero, el fin, solo crear una espada perfecta, una espada capaz de destruir a las demás y que también pudiese rebanar a sus adversarios de un solo tajo.

El herrero no tuvo opción, quería ver lejos a su castigador y se propuso darle su mejor trabajo, sin presiones por parte del ominoso guerrero, nuestro herrero: transformo el acero, capturo a un animal extraño para quitarle su piel, negocio metales preciosos y por ultimo, pudo conseguir la llama inextinguible con la ayuda de su captor. La espada creada fue bautizada como Antares, esta era perfecta incluso en esos pequeños detalles artísticos impresos por nuestro forzado herrero logrando así la satisfacción de su amo, quien le corto la cabeza como pago por su excelente labor.

El guerrero ahora dotado con un arma poderosa se empecino a destruir a sus demonios, con un arma como esa y con su habilidad para usarla era imbatible, todo aquel que lo enfrentase pagaría su afrenta con sangre. La sed de sangre del guerrero era voraz, nada podía pararlo y sin darse cuenta se convirtió en lo que mas odiaba y, eso no le importo.

No buscaba tierras, solo respeto y el hecho de saberse temido por todos, nadie peleaba a su lado y el no peleaba por nadie que no fuera el; solo una cosa pudo amedrentar la mirada de odio del guerrero en mucho tiempo.