Una vez un joven decidió ponerse a escribir lo que salía de su cabeza, se dio cuenta que todas esas ideas parecían ser gigantescas y si no lo eran el estaba dispuesto a convertirlas en colosos, después de manera inexplicable el joven dejo de alimentar a esos gigantes y se convirtieron en monstruos voraces que no dejaban de atormentarlo día y noche, se apoderaron incluso de sus amistades más cercanas para recordarle de alguna forma a su creador que tenían hambre y otras tantas para suplicar que cumpliera con la promesa que alguna vez les hizo. El joven trato de viajar al universo de esas sus creaciones pero la realidad de su mundo se lo impedía y cuando finalmente pudo construir una nave capaz de romper una vez más con esa barrera de realidades y crueldades del mundo en el que vive, sus ojos se llenaron de tristeza al ver que el universo que había abandonado estaba casi destruido. Las maravillas que él había construido se encontraban en ruinas, los seres mágicos y fantásticos se encontraban al borde de la muerte, los héroes de leyenda se mataban unos a otros para mitigar ese deseo de aventuras y conquistas, las hermosas mujeres hadas y princesas parecían no tener vida, eran ya de porcelana; los niños daban miedo con ese aspecto de zombis, ya no había risas y juegos.
El joven pensó no tener otra alternativa y estaba dispuesto a destruirlo todo, es más fácil construir un nuevo mundo que tratar de recoger pedazos y recuperar de a poco la magia perdida se decía constantemente que eso era lo mejor. Convenido de que eso era lo que tenía que hacer el joven levanto su mano invocando fuerza suficiente para destruirlo todo de un solo golpe pero justo antes de azotar a su universo frente a él floreció un jardín, en el centro del jardín emergió una fuente y al rededor de la fuente una niñita jugueteaba correteando mariposas, mismas que la condujeron hasta el joven, la niña lo miro a los ojos y le dijo que se acercara, el se arrodillo para estar a su altura y la niña lo dejo paralizado con un beso en la frente. El la llamo Esperanza, ya que en eso se había convertido.
Esa pequeña niña que surgió espontáneamente de su imaginación le salvo la vida a él y a su universo, no será fácil reconstruirlo todo pero le juro a esa niña que algún día tendría todo ese universo para jugar y sonreír.
