martes, 3 de marzo de 2009

De Armar a Iry II

Si la noche me alcanza en Fira será más que una aliada en este intento suicida de cruzar la ciudad. Si la noche me ayuda sin duda estaré feliz de no haber ido por Rormor pero si no creo que hubiese sido preferible ser tragado por alguna bestia que ser capturado por los caza recompensas de Fira.

El tiempo es algo con lo que no cuento pero si me apresuro llegare de día a Fira y si intento rodearla corro el peligro de ser asaltado o incluso de ser capturado por la guardia de Yovul, me encuentro en un terrible dilema y no importa que camino tome mi vida corre peligro. Por suerte para mi un mercader que iba camino a Vast me ofreció algunas cosas que me serian de gran utilidad y le pregunte si había pasado por Fira, su respuesta fue negativa argumentando que en Fira por regular compran bebidas de Rul y armas, que el comerciaba joyas y ropajes e intercambiaba Fellitos por armas en Vast y que con eso comerciaba en Fira. Le ofrecí todo mi equipaje, mis ropas y los Yoks que tenia así como mi finísimo corcel a cambio de carreta de mercancía con todo y Rus claro, sin duda era una oferta que no podía rechazar, mis anillos valían el precio de la carreta con todo y mercancía, los Yoks eran suficientes para comprar su Rus, pero mi interés estaba por completo en los Fellitos ya que en Fira hay muchas herrerías y los herreros estarían encantados de comerciar con eso, sin duda mi plan era brillante, cruzaría Fira como un mercader y llegaría a Iry al atardecer del día siguiente o tal vez si corría con suerte por la mañana ya estaría perdido entre la espesa neblina de los pantanos.

Fira era un lugar de reposo, estudio, entrenamiento y hogar de los desaparecidos Pretores, muy pocos hablan de la matanza de la raza guerrera y yo de verdad conozco poco, pero las pinturas que hay en los palacios y las descripciones en los textos sobre Fira distan mucho de lo que es ahora, no por nada dicen que Fira es la cuidad de la perdición; un lugar lleno tabernas, prostíbulos, centros de ganado, casas de apuesta y que se yo, hay tantas cosas que provocan nauseas. Los antiguos palacios Pretores son ahora los centros donde la perversidad y el Yok gobiernan. Aquí el emperador no tiene jurisdicción alguna, su armada en solitario no es nada, sin embargo el mismo emperador alimenta a esta ciudad contratando a sus matones y mercenarios para sus oscuros propositos.

-Amigo mío, que carga en esa pesada carreta. No… No se moleste yo lo ayudo con esa valiosa mercancía….